Sabes que has comido hace poco,
pero de nuevo tienes hambre. El cuerpo humano tiene mecanismos metabólicos que
provocan rápidos descensos de azúcar y por tanto, hambre. Un grupo de
investigación del CSIC ha conseguido sintetizar una sustancia que podría ser la
solución a los problemas de peso de muchas personas, al retardar la
absorción de la glucosa y la sensación de hambre.
A finales de marzo de este año,
un grupo de investigadores de Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) patentó un proceso biotecnológico para producir una molécula natural, la
fagomina, que puede retrasar la aparición del apetito.
La fagomina es un iminoazúcar
(moléculas similares a los azúcares pero con ligeras diferencias químicas), que
se encuentra en pequeñas cantidades en la semilla del trigo sarraceno. Esta
molécula retarda la absorción de la glucosa presente en los azúcares refinados
y los almidones presentes en cereales, pastas o patatas, lo que a la larga,
retrasa la aparición del apetito. Su producción en grandes cantidades mediante
métodos enzimáticos permitirá el desarrollo de alimentos funcionales que sirvan
para el control del peso.
Cuando se comen alimentos ricos
en azúcares refinados hay un rápido incremento de la glucosa en
la sangre. Esta se metaboliza de forma muy rápida, por lo que al poco
tiempo, su cantidad se reduce de forma drástica. Este descenso, un mecanismo
natural del metabolismo, no despierta de nuevo el apetito por el azúcar,
provocándonos hambre. La fagomina consigue allanar esos picos de glucosa que
desencadenan la aparición rápida del apetito.
El desarrollo de esta patente y
de la creación de alimentos funcionales para bajar de peso, lo llevará al
mercado Biolange, una spin-off del CSIC que espera comercializar la
molécula en Estados Unidos a finales de año.
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